miércoles, 10 de septiembre de 2008

TASHA DANVERS-SMITH

Se trata de una de las mejores historias que ha sucedido en torno a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. A pesar de ello ha pasado desapercibida para la mayoría de los grandes medios de comunicación. Y es que ganar una medalla de bronce en los 400 metros vallas no suele dar, habitualmente, nada más que para un pequeño titular. Sin embargo si profundizamos un poco en la trayectoria de esta atleta británica entenderemos porqué al cruzar la meta levantó los brazos al cielo y dedicó su medalla a su hijo Jaden de tres años. Danvers-Smith ostentaba en el año 2004 su mejor marca en los 400 metros vallas y era una de las principales candidatas a llevarse la medalla de oro en las Olimpiadas de Atenas. Justo antes de esta importante cita se enteró de que estaba embarazada y decidió, junto al que es a la vez su entrenador y marido, Darrell, tener el bebé y no acudir a los juegos. Todo ello a pesar de las insistentes recomendaciones de la mayoría de sus compañeros para que abortara y no perjudicara así su trayectoria deportiva. Prefirió apostar por la vida de su hijo a pesar de tener en frente la oportunidad profesional más importante de toda su carrera. La prensa especializada fue muy dura con Danvers y la llegó a tachar de irresponsable e insolidaria. Tasha sacrificó un tiempo de gloria en Atenas por la vida de su pequeño. Algo que sin duda le honra y le hace admirable. En China, ahora, ha recibido una merecida recompensa. El portavoz de una de las más importantes organizaciones provida del mundo, Bradley Mattes, ha asegurado que: "Tasha ha demostrado a las mujeres de todo el mundo que no tienen que sacrificar a sus hijos no nacidos para conseguir sus sueños. Su hijo de tres años, Jaden, fue su inspiración para lograr sus metas olímpicas".

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