Conozco a D Jesús Catalá, obispo de la diócesis de Alcalá de Henares, desde hace algunos años. Una vez más, y parece que los periodistas le tienen ganas, le han vuelto a hacer la pirula en una rueda de prensa. Durante la presentación de la Campaña para poner la equis en la asignación tributaria de la iglesia, los plumillas le han hecho el clásico "corta- pega" de agencia que luego ha rebotado a todos los medios, sin control ni fundamento. Al hablar del sueldo real de los sacerdotes el prelado alcalaíno ha querido hacer hincapie en que un obispo no gana más de mil euros, aunque muchos piensen lo contrario. El sueldo medio de un sacerdote en España es de 800 euros y el de un obispo de 200 más. Después ha apostillado: "A mi no me da vergüenza decir que los obispos somos mileuristas". Y con un par de vueltas a la tortilla informativa y al teletipo de agencia, bien salpimentado, se ha terminado por confeccionar este titular que han recogido con entusiasmo, y ciertas dosis de mala leche, los diarios más contrarios a la labor y misión de la iglesia. El país, Público, La Vanguardia, 20 minutos o ADN han titulado: "Los obispos somos mileuristas", como si monseñor lo hubiera dicho en tono de queja, cuando, como hemos explicado, ha sido todo lo contrario. Me consta la austeridad con la que vive Don Jesús y buena parte de su clero. Lo he conozco de primera mano. Muy similar, por cierto, al panorama del resto de las diócesis de este país. Pero eso, claro, no cotiza al alza en el mercado de la información progesista española. Lo acaba de decir hace unas horas Benedicto XVI: "El valor final de cualquier comunicación está en su veracidad" y no en la vieja máxima, que como hemos comprobado todavía practican muchos en la profesión periodística, de "no dejes que la realidad te arruine un buen titular".
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