Paula tiene noventa y tantos años y mata las horas rezando rosarios. La he conocido mientras enseñaba a un buen amigo una de las míticas iglesias de mi ciudad. Allí estaba, en la penumbra, sentada en el primer banco del templo. Manoseando entre siseos las cincuentas perlas de nácar de un gastado cordel mariano. Al pasar por su lado, sin quitar la mirada del altar mayor, me ha empezado a contar la historia del niño Jesús. Desde hace ocho años tiene el privilegio de ver en vivo en la parte izquierda del retablo, justo debajo de dos columnas, al hijo de Dios dormido en una cunita. Dice que es un Don que le ha dado el Señor y que tiene que aprovechar. No consigo determinar si en el momento de nuestra conversación estamos asistiendo a tamaño milagro. Da la impresión de que sí. Nos pregunta los nombres y, después de memorizarlos, nos dice que va a rezar por nosotros. Que se lo pide mucha gente y que no tiene porqué hacer una excepción. Como detecta que la escuchamos con respeto, y sin reírnos a carcajadas de lo que cuenta, nos regala un papelito. En esta octavilla ha escrito su particular "Horación" a la Virgen de la Salud y otra a la Virgen de los Dolores. Nació el mismo día que la vidente de Fátima Sor Lucía y por ello se carteaba con ella, hasta que murió, para felicitarse el cumpleaños. Desde luego Paula podría ser una loca más de las muchas que abundan en los templos católicos de nuestra geografía. Sin embargo hay algo en su mirada que no me permite afirmarlo con total rotundidad. "El que esta horación dijera, una vez al día, cuando muera vera a la Virgen Maria".Cuando el hombre pierde el miedo a equivocarse es LIBRE. Eso es la REDENCIÓN. El PERDÓN. Cuando el hombre es consciente de que hay perdón rompe el último baluarte de los enemigos de la LIBERTAD, que es meter miedo. Se pierde el miedo incluso a la propia equivocación, se es más libre y entonces saca lo mejor de si mismo.
lunes, 5 de mayo de 2008
HORACIÓN PAULINA
Paula tiene noventa y tantos años y mata las horas rezando rosarios. La he conocido mientras enseñaba a un buen amigo una de las míticas iglesias de mi ciudad. Allí estaba, en la penumbra, sentada en el primer banco del templo. Manoseando entre siseos las cincuentas perlas de nácar de un gastado cordel mariano. Al pasar por su lado, sin quitar la mirada del altar mayor, me ha empezado a contar la historia del niño Jesús. Desde hace ocho años tiene el privilegio de ver en vivo en la parte izquierda del retablo, justo debajo de dos columnas, al hijo de Dios dormido en una cunita. Dice que es un Don que le ha dado el Señor y que tiene que aprovechar. No consigo determinar si en el momento de nuestra conversación estamos asistiendo a tamaño milagro. Da la impresión de que sí. Nos pregunta los nombres y, después de memorizarlos, nos dice que va a rezar por nosotros. Que se lo pide mucha gente y que no tiene porqué hacer una excepción. Como detecta que la escuchamos con respeto, y sin reírnos a carcajadas de lo que cuenta, nos regala un papelito. En esta octavilla ha escrito su particular "Horación" a la Virgen de la Salud y otra a la Virgen de los Dolores. Nació el mismo día que la vidente de Fátima Sor Lucía y por ello se carteaba con ella, hasta que murió, para felicitarse el cumpleaños. Desde luego Paula podría ser una loca más de las muchas que abundan en los templos católicos de nuestra geografía. Sin embargo hay algo en su mirada que no me permite afirmarlo con total rotundidad. "El que esta horación dijera, una vez al día, cuando muera vera a la Virgen Maria".
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1 comentario:
PERSONAJES CURIOSOS CON LOS QUE USTED SE ENCUENTRA. QUÉ BIEN. SALUDOS DESDE MEXICO!!!!
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