Cada vez estoy más convencido de que, conforme se vaya radicalizando el relativismo moral y la degeneración ética de nuestra sociedad, los católicos vamos a tener el apasionante reto de mostrar con nuestra vida otro modelo diferente de sociedad. Encarnando auténticamente la esencia del humanismo cristiano propondremos otra forma radicalmente distinta de concebir y afrontar la existencia. Se trata de transmitir con el ejemplo nuestra "experiencia de felicidad". Una respuesta atractiva y vital que integre con naturalidad y esperanza cuestiones que hoy hacen temblar de miedo a la modernidad como son el desamor, la muerte, el dolor, la injusticia, el materialismo o el sufrimiento y que subyacen en el fondo de muchas de las problemáticas morales actuales en torno a la eutanasia, el aborto, la manipulación genética o la insolidaridad. Un ejemplo concreto puede ser la forma de afrontar una situación difícil y compleja como la de Eluana Englaro. Los medios de comunicación se han encargado de poner, casi en exclusiva, la lupa y el altavoz en la actitud y el pensamiento del padre de la muchacha para "entender y justificar" un final infeliz con asesinato. Sin entrar a emitir ningún tipo de juicio sobre las personas concretas, ante estas situaciones los cristianos debemos proponer y encarnar otros modelos como respuesta. Uno es el ya comentado en otro post y que encarnan las monjas en "Los ángeles de Eluana Englaro". Otro, lo acabo de encontrar en la edición digital del diario paraguayo "Ultima Hora" en un reportaje titulado "Carolina, la Eluana Englaro paraguaya". Se trata de la historia de una joven paraguaya, muy parecida a la de la italiana, que les invito a leer y que es afrontada de una forma radicalmente distinta por parte de su madre: "Para mí, les faltó ponerle más amor. Cuánta gente en nuestras campiñas, en medio de la pobreza cuidan y tienen dignamente a un ser querido que ya no se vale de sí. Disponer sobre la vida de otra persona es un acto demasiado grande. Más aún si esa otra persona se encuentra en situaciones como la de Eluana, que ni siquiera podía mover un dedo, o como está mi hija. No comprendo por qué la familia Englaro en lugar de luchar por acelerar la muerte de la hija, no encargó su cuidado a alguna institución". Como podrán comprobar la respuesta ante una misma situación, compleja y difícil, es radicalmente diferente y diametralmente opuesta. ¿Cúal les parece a ustedes más atractiva y esperanzadora?. En igualdad de condiciones nunca hay que olvidar la fuerza que tiene el esplendor de la Verdad.
2 comentarios:
Una entrada muy interesante y positiva. Muchos enfermos y muchas familias de enfermos viven su sufrimiento de forma heroica dando ejemplo de amor y generosidad, pero no son noticia. Cuando se trata de apoyar intereses laicistas, o barbaridades como el aborto o la eutanasia, los medios de comunicación siempre están a punto.
El modelo de sociedad que considero más interesante es aquel donde nadie impone sus ideas sobre otros...y a veces siento, en varias naciones, que las dirigencias religiosas buscan imponer "su" modelo de sociedad aún sobre quienes no confiesan su fe.
Válido es que quieran transmitir una "experiencia de felicidad"...pero no se queden en las letras y háganlo concordar con los hechos. ¿Era experiencia de felicidad, acaso, la serie de mentiras de Marcial Maciel a cargo de los Legionarios de Cristo?
Se debe de hacer frente a lo malo de este mundo...no taparlo con una falsa alegría. Haces mención a lo de Eluana Englaro...se defiende la dignidad de la vida, ¿pero es digna una vida conectada a máquinas y sin seguir su curso natural por 17 años?
Se defiende seguir el curso natural en la concepción, ¿pero no en la muerte? Es allí donde se deben de aclarar las cosas. Saludos afectuosos, de corazón.
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