La verdad es que la última ocurrencia-campaña del ministro de Sanidad, Bernat Soria es de traca. Promover el uso del condón entre adolescentes a ritmo de Hip-Hop bajo la insultante marca de "yopongocondon.com" sólo nos da una idea del concepto tan pobre que tiene este gobierno de lo que es y vale el ser humano. El anuncio, además de tratar a los jóvenes como auténticos idiotas animalizados, transmite una muy chusca idea de lo que son las relaciones sexuales entre personas, equiparándolas a quien comparte una coca cola o quien intercambia fluidos a golpe de calambrazo. Desde luego banalizar la dimensión sexual de la persona, fomentar la promiscuidad entre adolescentes y promover el uso del preservativo como medida anticonceptiva no creo que sea el mejor camino para reducir unas estadísticas escalofriantes. En España llevamos 30 años con campañas de este estilo, gastando en ellas inmensos recursos económicos públicos, y los hechos nos demuestran que no han disminuido ni los embarazos de adolescentes, ni los abortos, ni ha desaparecido la expansión de las enfermedades de trasmisión sexual. Desde luego no debe haber ningún otro ejemplo de una política sanitaria pública tan reiterada y catastrófica. El enfoque y la filosofía que la inspiran son demenciales. Lean al respecto el interesante artículo de Borja Gutiérrez en la Gaceta en el que compara dos estrategias para poner freno: condón y tráfico: "Sería un escándalo si Antena 3 tv emitiera una serie en la que se loaran y vieran como normales carreras urbanas a 200 kilómetros por hora, o que el protagonista 'guaperas' se jactara de conducir su moto borracho y eso se reflejara como algo normal o bueno. Pero a pocos escandaliza que series como 'Física o Química', cuyo público objetivo son claramente adolescentes y jóvenes, redunde una y otra vez en conductas sexuales de riesgo presentadas como normales y naturales". Estoy convencido de que si, un buen día, mi hijo me dice que, inexorablemente, se va a acostar con la primera que pille o que va a ir a un prostíbulo, le diré que, al menos, se ponga un condón. Pero aspiro a algo mejor. Que estoy convencido de que le va a hacer más feliz y más libre. Aspiro a transmitir a mi hijo (a hacerlo yo en primera persona y no ningún organismo público en mi nombre) una educación sexual muy distinta, en la que el amor, la entrega, la responsabilidad, el eros, el ágape, el don y la fidelidad estén muy presentes a la hora de vivir la trascendente e importante dimensión sexuada de la persona. Con naturalidad y sin complejos. A ese nivel el preservativo, condón o globo de latex, no cabe y sólo sirve para que el ministro de sanidad, con uno en la mano, se haga la foto ante la prensa pensando que es el más moderno, joven y progre.
Cuando el hombre pierde el miedo a equivocarse es LIBRE. Eso es la REDENCIÓN. El PERDÓN. Cuando el hombre es consciente de que hay perdón rompe el último baluarte de los enemigos de la LIBERTAD, que es meter miedo. Se pierde el miedo incluso a la propia equivocación, se es más libre y entonces saca lo mejor de si mismo.
domingo, 14 de diciembre de 2008
YOPONGOCONDON.COM
Etiquetas:
Aborto,
Adolescentes,
Campañas,
Condón,
Educación Sexual,
Embarazos,
Eros,
Estadísticas,
Latex,
Ministerio de Sanidad,
Preservativo,
Prevención,
Promiscuidad,
Responsabilidad,
Sexo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Muy bueno el post y excelente la cita del artículo en La Gaceta. Estos políticos nuestros están como cabras.
"Ni yo misma":) podría haberlo expresado mejor.
Encantada de haber entrado a esta página.
Publicar un comentario