viernes, 4 de abril de 2008

EL BEBÉ COMO CASTIGO

Confiemos en que este señor no termine siendo el nuevo presidente de los Estados Unidos. La verdad es que yo le tenía cierta simpatía hasta que he leído unas declaraciones suyas que no tienen desperdicio: "Tengo dos hijas de 9 y 6 años de edad. Lo primero que les voy a enseñar son los valores y la moral. Pero si cometen un error, no quiero que sean castigadas con un bebé, ni quiero que sean castigadas con una enfermedad de transmisión sexual a los 16 años". Muy propio del pensamiento contemporáneo. Primero les enseño valores, pero si estos fallan, no pasa nada porque tengo otros distintos que también me sirven. Señor Obama, además de que creo que a los hijos hay que educarles desde que tienen un mes de vida, considero que es mucho mejor que los valores que usted enseñe a sus hijas contemplen la posibilidad del compromiso, del error, de equivocarse, del perdón, de la libertad, de la entrega y de la responsabilidad. Así se evitará tener que recurrir continuamente a la consabida marcha atrás. Y lo del castigo de tener un bebe es como para "mear y no echar gota" que dirían los castizos. Ahí está una de las principales batallas de nuestro tiempo: recuperar la mentalidad favorable y positiva ante la vida como una auténtica bendición del ser humano y de la sociedad frente a la mentalidad capitalista y utilitarista que ve todo en términos de carga y economía. El panorama político del páis americano no es que sea muy alagueño. Podríamos pasar de Guatemala (Bush) a Guatepeor (Obama o Hillary).

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