Ha muerto chema, el panadero. El larguilucho de pelo rubio que cantaba y bailaba con Espinete en Barrio Sésamo. Su expresividad, su amistad y simpatía con el puercoespín de peluche telivisivo cautivó a toda una generación de españoles que ahora rondamos los treinta años. Era llegar a casa y, mientras merendabas, antes de hacer los deberes, vivías mil y una aventuras frente a la caja tonta junto a Espinete, Don Pimpon, Ana, Ruth, Roberto, Chema... y todas las tropelías coloreadas de los maravillosos muñecos de Jim Hensom. Nada que ver con los espantosos Lunnies de ahora, los sustitutivos mundos de Yuppie o los dibujos japoneses de eterna duración. En poco más de un mes un cáncer se ha llevado a Juan Ramón Sánchez Guinot, que así se llamaba en la vida real, a los 51 años. Ahora hemos sabido que estaba casado con Consuelo Vivares, la actriz que se escondía dentro del muñeco de Espinete, y por ello hemos entendido mejor esa química especial que había entre los dos personajes. Una peculiar historia de amor que se proyectaba más allá de la personalidad del alegre vendedor de pan y su torpón erizo. Gracias a todos ellos aprendimos el valor de la amistad, el sentido del humor, la alegría, la vecindad, el valor de la música, el baile, la familia, las virtudes... por todo ello, muchas gracias. Se nos están muriendo los héroes de la infancia y lo peor es que muchos, todavía, no hemos encontrado recambio.Cuando el hombre pierde el miedo a equivocarse es LIBRE. Eso es la REDENCIÓN. El PERDÓN. Cuando el hombre es consciente de que hay perdón rompe el último baluarte de los enemigos de la LIBERTAD, que es meter miedo. Se pierde el miedo incluso a la propia equivocación, se es más libre y entonces saca lo mejor de si mismo.
lunes, 14 de abril de 2008
CHEMA EL PANADERO
Ha muerto chema, el panadero. El larguilucho de pelo rubio que cantaba y bailaba con Espinete en Barrio Sésamo. Su expresividad, su amistad y simpatía con el puercoespín de peluche telivisivo cautivó a toda una generación de españoles que ahora rondamos los treinta años. Era llegar a casa y, mientras merendabas, antes de hacer los deberes, vivías mil y una aventuras frente a la caja tonta junto a Espinete, Don Pimpon, Ana, Ruth, Roberto, Chema... y todas las tropelías coloreadas de los maravillosos muñecos de Jim Hensom. Nada que ver con los espantosos Lunnies de ahora, los sustitutivos mundos de Yuppie o los dibujos japoneses de eterna duración. En poco más de un mes un cáncer se ha llevado a Juan Ramón Sánchez Guinot, que así se llamaba en la vida real, a los 51 años. Ahora hemos sabido que estaba casado con Consuelo Vivares, la actriz que se escondía dentro del muñeco de Espinete, y por ello hemos entendido mejor esa química especial que había entre los dos personajes. Una peculiar historia de amor que se proyectaba más allá de la personalidad del alegre vendedor de pan y su torpón erizo. Gracias a todos ellos aprendimos el valor de la amistad, el sentido del humor, la alegría, la vecindad, el valor de la música, el baile, la familia, las virtudes... por todo ello, muchas gracias. Se nos están muriendo los héroes de la infancia y lo peor es que muchos, todavía, no hemos encontrado recambio.
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4 comentarios:
Bocatas como traineras, para retrasar el aburrido ir a hacer los deberes.
Pobre panadero, descanse en paz.
A mi también me gustaba Espinete. Qué lástima que haya fallecido Txema el panadero.
Cóo se nota que somos treintañeros... a mí me encantaba, y la canción conAna, y el arriba, abajo...
Tío! pero tú como te enteras que ha muerto Chema, el panadero?
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