viernes, 7 de septiembre de 2007

NO SE SUICIDE, PLEASE

Café por la tarde con mi psiquiatra. Entre taza y taza comentamos el alto índice de suicidios y depresiones que abundan en nuestro país. Me confiesa que, sin duda, es el gran problema de la sociedad contemporánea. Las fuertes emociones que proporcionan los "mass media" (medios de comunicación) han anulado la capacidad de sorprenderse y disfrutar con las cosas pequeñas y cotidianas que cultivaban con arte nuestros ancestros. Así viene a mi memoria el minicuento de García Márquez en Ánimas en pena: "... el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas las intimidades de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Santa Teresa escuchó una voz que le reprochaba el que no rezase por la gloria eterna de un pariente suyo que se había quitado la vida tirándose desde un puente a un río. La voz le dijo con claridad: "Entre el puente y el agua estaba Yo". ¿Y Judas?
MPZ