Un miembro de la parroquia bloguera pregunta en un comentario cómo se consigue ser cariñoso cuando lo primero que nos sale muchas veces al tratar a los demás es el grito, el desprecio, el egoismo o la indiferencia. Gran pregunta y acertada cuestión que nos remite a la fuerte carga del pecado original en nuestra vida. Quizás la respuesta nos la pueda inspirar el personaje del que hoy conmemoramos el 10º Aniversario de su marcha. Hace unos días escuché uno de esos monólogos geniales del cantautor Facundo Cabral en el que hablaba de la santa de los pobres. Leáse con acento argentino y esa maravillosa voz del indio gasparino: "Pregunté a la Madre Teresa en Calcuta: ¿cuándo descansa? y me dijo: Descanso en el amor. Le pregunté: ¿cuál es el lugar del hombre? y me dijo: Donde sus hermanos lo necesitan. Le dije: nunca la escuche hablar de política, y me dijo: Yo no puedo darme el lujo de la política, una sola vez me detuve 5 minutos a escuchar un politico, y en esos 5 minutos se me murió un viejecito en Calcuta. Cada vez que yo entraba a la casa de la Madre Teresa, sentía que Dios recién había salido. Una señora, impresionada por verla bañar a un leproso, le dijo: yo no bañaría a un leproso ni por un millón de dolares, a lo que Teresa contestó: Yo tampoco porque a un leproso solo se lo puede bañar por amor".Cuando el hombre pierde el miedo a equivocarse es LIBRE. Eso es la REDENCIÓN. El PERDÓN. Cuando el hombre es consciente de que hay perdón rompe el último baluarte de los enemigos de la LIBERTAD, que es meter miedo. Se pierde el miedo incluso a la propia equivocación, se es más libre y entonces saca lo mejor de si mismo.
miércoles, 5 de septiembre de 2007
Y ESO... ¿CÓMO SE CONSIGUE?
Un miembro de la parroquia bloguera pregunta en un comentario cómo se consigue ser cariñoso cuando lo primero que nos sale muchas veces al tratar a los demás es el grito, el desprecio, el egoismo o la indiferencia. Gran pregunta y acertada cuestión que nos remite a la fuerte carga del pecado original en nuestra vida. Quizás la respuesta nos la pueda inspirar el personaje del que hoy conmemoramos el 10º Aniversario de su marcha. Hace unos días escuché uno de esos monólogos geniales del cantautor Facundo Cabral en el que hablaba de la santa de los pobres. Leáse con acento argentino y esa maravillosa voz del indio gasparino: "Pregunté a la Madre Teresa en Calcuta: ¿cuándo descansa? y me dijo: Descanso en el amor. Le pregunté: ¿cuál es el lugar del hombre? y me dijo: Donde sus hermanos lo necesitan. Le dije: nunca la escuche hablar de política, y me dijo: Yo no puedo darme el lujo de la política, una sola vez me detuve 5 minutos a escuchar un politico, y en esos 5 minutos se me murió un viejecito en Calcuta. Cada vez que yo entraba a la casa de la Madre Teresa, sentía que Dios recién había salido. Una señora, impresionada por verla bañar a un leproso, le dijo: yo no bañaría a un leproso ni por un millón de dolares, a lo que Teresa contestó: Yo tampoco porque a un leproso solo se lo puede bañar por amor".
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