domingo, 28 de junio de 2009

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Y DIOS

Este domingo el diario ABC nos ha regalado la buena noticia del reciente hallazgo de un poema inédito de Juan Ramón Jiménez. Un descubrimiento literario que ha sido posible gracias al trabajo de dos autores, Joaquín Llansó y Rocío Bejarano, que se encontraban realizando una edición crítica de uno de los libros decisivos del poeta onubense "Dios deseado y deseante (Animal de fondo)". Era el poema número 60 y estaba en la Sala Zenobia-Juan Ramón Jiménez de la Universidad de Puerto Rico escondido en un mar de papeles donde se guarda todo el legado de nuestro Nobel. Al parecer, en la etapa final de su vida, Jiménez rozaba con la yema de los dedos el rostro, las facciones de dios, su dios escrito con minúscula, como destacaba Carmen Hernández Pinzón, recordando las propias palabras de su tío abuelo: «Escribo dios con minúscula como pongo padre, madre, hermano, gloria y mar, tierra y cielo, y mujer. No es irreverencia, pero tampoco es reverencia, no es temor es, con minúscula, amor». Desde el exilio en Puerto Rico, junto a personajes como Pau Casals o Francisco Ayala, el premio nobel de literatura español profundizó mucho, durante su etapa verdadera, en la idea y relación con Dios de una forma especial y casi mística. Este texto inédito así lo corroborra y acredita. Todo ello a pesar de que la idea de Dios siempre ha traspasado entera y absolutamente toda su obra poética desde el principio hasta el final. El poema entero se puede leer en su manuscrito desde este especial que ha realizado el diario del Grupo Vocento. Las dos últimas estrofas dicen así:

"Siento la inminencia del dios Dios,
del Dios con mayúscula,
-el que nos enseñaron cuando niños
y no aprendimos-.
¡Dios se me cierne en apretura de aire!

¡Se me está viniendo Dios
en inminencia de alma!
¡Se me está acercando Dios
en inminencia de amor!
¡Se me está llegando Dios
en inminencia de Dios!"


1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué delicia son los escritos inéditos...de hecho, cuando descubrieron una novela de Julio Verne que se creía perdida, me la regalaron apenas salió en Chile.

Siente su relación con la divinidad no como la de un ser superior que para él debió de serlo, sino como un cercano, como tantas veces ese mensaje quiere llegar a los seres de fe.

Saludos afectuosos, de corazón.