Cuesta creerlo. Con la que está cayendo en España y los socialistas de congreso para abordar "la fuerza del cambio" cuando, si se fijan, todo les está saliendo bien y tampoco necesitan muchos más retoques. El cambio y la juventud se convierten así en valores supremos frente al conservadurismo y la experiencia, más propios de dinosaurios retrógados. Las hipotecas por las nubes, la gasolina cada vez más cara, hay más paro, inflación, recesión del crecimiento económico, descenso del P.I.B y la gran respuesta de los discípulos de ZP para afrontar la crisis es más aborto, más laicismo y más eutanasia. ¡Pues si que estamos buenos! Hace tiempo un buen amigo me dijo que todo esto respondía a una estrategia muy clara. A una perfecta maniobra de ingeniería política diseñada por los grandes estrategas que habitan en Ferraz. Que al PSOE le importa muy poco la ideología, las ideas y los principios de fondo sobre los que sustentar su acción política. El caso, como buen partido político, es mantenerse en el poder. Una vez que ya tienen la mayoría de los medios de comunicación para que repitan y amplifiquen sus estudiados eslóganes, superficiales y facilones, lo que de verdad les obsesiona es que el Partido Popular, lo que ellos llaman la derecha retrógrada y ultramontana, nunca levante cabeza. Por eso están encantados con Mariano. Y es por ello por lo que promueven debates políticos pseudoprogres sobre asuntos en los que saben que pueden diferenciarse claramente de los populares porque estos no lo tienen nada claro. En esos asuntos es donde el PP no sabe tener una respuesta clara, firme y contundente. Los de la gaviota mareada no se aclaran con estos temas y hacen más esfuerzo en no parecer lo que son que en profundizar sin complejos en un nuevo y regenerador discurso político para el país y sus ciudadanos. Y así, que nadie se engañe, una vez más concluímos que tenemos ZP para rato. Esta idea de mi amigo siempre me pareció descabellada, la verdad... pero también me lo parecía que algún día pudiera llegar a gobernar España un tipo como José Luis Rodríguez Zapatero. Debe ser la imparable fuerza del cambio.
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