Este fin de semana me lo he pasado recibiendo información exhaustiva sobre chasis, ruedas, sistemas de seguridad, tapicería, amortiguadores, colores, maleteros... y les puedo prometer que no he estado en ningún concesionario de automóviles. Jamás pensé que pudiera dar tanto de sí el mundo de los cochecitos de niños. Que si hay que pedirlos con nosecuántos meses de antelación, que si está de moda el de la princesa Leticia, que si los suecos fabrican uno con nombre de chicle que se está vendiendo muy bien, que si hay otro que es más feo que los demás pero que está homologado y da muy buen resultado, que si al niño se le configura mejor la espalda con nosequé colchoncito de latex, que si hay un forro especial para evitar la muerte súbita, que si los italianos tienen el monopolio, que si te regalan la sombrilla, que si los mandos son desmontables... Lo peor de todo es que encima a uno le piden opinión como si llevara toda la vida reflexionando sobre las características y necesidades de la amplia flota de vehículos que se fabrican para teletransportar a los más pequeños de la casa. ¡Mon Die! Definitivamente creo que todavía no estoy preparado, al cien por cien, para la dura realidad de ser padre. Habrá que tomárselo con sentido del humor, paciencia y mucho optimismo.
1 comentario:
QUÉ ABURRIMIENTO, YA NO HAY COMENTARIOS........ ABRE LA VEDA CÓMO ANTES, JAVI, Q ESTÁ ESTO DE UN SHOSHO.......
TORRE.
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