lunes, 7 de julio de 2008

¿AUTÉNTICO DISFRUTE DE LA FIESTA?

Asisto alucinado a las distintas retransmisiones televisivas que tanto la primera de TVE como el canal de Prisa, Cuatro, han realizado del chupinazo de San Fermín en Pamplona el pasado 6 de julio. El filón del share y la caja que suponen los encierros hay que calentarlo y servirlo a la audiencia con grandes dosis de entusiasmo, aunque sea de una forma desmedida, ridícula y, en muchos casos, estúpida. Se trata de la fiesta hispánica más internacional, en parte por culpa de las cogorzas del escritor norteamericano Hemingway, al que todos los años acuden miles y miles de personas desde todos los rincones del mundo. Toros, encierros, comidas, baile y sobre todo... mucho alcohol. Casi sin darnos cuenta los periodistas que están contando lo que pasa contribuyen a asociar fiesta o celebración con grandes borracheras, ciegos colectivos y todo tipo de exaltaciones etílicas que empobrecen sin duda al ser humano. Así la sonrisa ante patéticos e impresentables borrachos, con comportamientos más propios de bestias animales que de personas, no se le quita del rostro a ninguno de los reporteros que entran en directo y que ejercen de cómplices de estos comportamientos con su manida frase "en Pamplona la fiesta es así". No sé si harían lo mismo si el retratado en cuestión fuera un hijo suyo o un familiar. De esta manera se justifica cualquier bestialidad porque en San Fermines todo vale. La fiesta no tiene límites. Y no me refiero a esa gente que se toma su copita, sale a la calle y vive con emoción e interés sus tradiciones más enraizadas. Más bien a la inmensa mayoría que acude a Pamplona para vivir una experiencia límite y a la generosa tolerancia de nuestros medios de comunicación ante tamaña aberración. La auténtica fiesta se desdibuja en beneficio del sodoma y gomorra foral. Las celebraciones tienen sentido porque se celebra algo y cuando en la celebración se desdibuja lo que se celebra, mal se está celebrando. Cada vez conozco más padres navarros con hijos en edad escolar que durante estos días huyen a otros destinos para preservar la inocencia de sus polluelos. No me extraña. Todavía me acuerdo de ese responsable de un importante centro de proyecto hombre que me contaba como, del total de ingresos que recibían al año en el centro, el 90 porciento habían tenido su primer contacto con las drogas en las fiestas patronales de su municipio. Con estas actitudes estamos transmitiendo a la juventud la ecuación de que "alcohol" más "todovale" igual a "fiesta feliz". Y esto, además de ser falso, es destructivo y pernicioso.

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