Ya lo dejó de manifiesto hace unos meses la comisión del congreso que estudió la ponencia sobre la situación de la prostitución en España. La flagrante incongruencia de los diarios españoles que, por un lado, denuncian la prostitución y, por otro, nutren su cuenta de resultados con múltiples y variados anuncios sobre estos servicios denigrantes para la mujer y el hombre. Como muestra un botón: El País y El Mundo ingresan diariamente más de 15.000 euros por insertar este tipo de anuncios. A raíz de este informe sólo el gratuito 20 minutos anunció que iba a dejar de publicarlos.
Otra cuestión no tan diferente es la proliferación en los últimos tiempos de la publicidad de logos y tonos para móviles que, con ese inocente salvoconducto doméstico, terminan colando pornografía de distinto voltaje en cualquier publicación. De esta forma descubrimos estampas absolutamente surrealistas, pero muy reveladoras, de la falta de coherencia del discurso políticamente correcto de nuestro tiempo. Esta mañana leo con interés el suplemento "FE y RAZÓN" del diario La Razón dedicado a la información religiosa. Media página 52 se dedica a un interesante artículo sobre Antonio Gaudí, el arquitecto de Dios. En la parte inferior hay un gran anuncio de tonos y politonos donde se puede ver juegos, videos y fondos para el teléfono salpicados, cómo no, de fotografías y dibujos de mujeres despelotadas. En un rápido giro de cuello uno puede combinar conceptos como "El hombre sin religión es un ser disminuido espiritualmente, un ser mutilado" con las aventuras videoanimadas de grandes mujeres de la historia como Nikolet, Cachonda, Lencería2 o Strip8.
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