
Otra cuestión no tan diferente es la proliferación en los últimos tiempos de la publicidad de logos y tonos para móviles que, con ese inocente salvoconducto doméstico, terminan colando pornografía de distinto voltaje en cualquier publicación. De esta forma descubrimos estampas absolutamente surrealistas, pero muy reveladoras, de la falta de coherencia del discurso políticamente correcto de nuestro tiempo. Esta mañana leo con interés el suplemento "FE y RAZÓN" del diario La Razón dedicado a la información religiosa. Media página 52 se dedica a un interesante artículo sobre Antonio Gaudí, el arquitecto de Dios. En la parte inferior hay un gran anuncio de tonos y politonos donde se puede ver juegos, videos y fondos para el teléfono salpicados, cómo no, de fotografías y dibujos de mujeres despelotadas. En un rápido giro de cuello uno puede combinar conceptos como "El hombre sin religión es un ser disminuido espiritualmente, un ser mutilado" con las aventuras videoanimadas de grandes mujeres de la historia como Nikolet, Cachonda, Lencería2 o Strip8.
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