lunes, 25 de junio de 2007

CUMPLE-EDADES

Cumplir 30 años. Hacer balance. Poner casi nada en el Haber y mucho en el Debe. Ser muy consciente de lo inmerecido de vivir y de la sorpresa generosa a la que cada día nos arroja la precariedad de nuestra existencia. Descubrir en la larga perspectiva de la vida aparentemente vivida una constante cascada de preciosos regalos fuera de fecha, lugar, hora y calendario: familia, amigos, trabajo, dones y, para rematar la jugada, la mejor y única de todas mis posibles mitades. Al llegar la noche se abre la puerta y allí estáis todos cantando el cumpleaños feliz una vez más. Y ya son muchas más de las que me corresponden en justicia. Sólo entendible en la catártica ilógica lógica del amor que me ha sido regalado desde el primer minuto de existencia. Otra más de vuestras acertadas demostraciones de cariño que me hacen sonrojar y sentirme tan pequeño como pulgarcito el del cuento. Preciosa camisa, elegante corbata, refinada colonia, exquisitos gemelos, maravilloso bañador... pero sobre todo vuestra presencia, abrazo, beso y cercanía. No me quedan años suficientes por delante para daros las gracias como debiera. Como decía Chesterton hay algo que da esplendor a cuanto existe y es la posibilidad de encontrar una sorpresa a la vuelta de la esquina.

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