jueves, 23 de julio de 2009

SIMONA ATZORI

La escuálida prensa veraniega me descubre hoy la conmovedora historia de la bailarina italiana Simona Atzori. Inicia este mes de julio una gira por toda la república acompañando a uno de los mejores bailarines del mundo como es Roberto Bolle. Cuando éste supo de su arte y de su biografía no dudó en invitarla a bailar con él: "Me conmovió la alegría que traslucía. Busco contenidos humanos en la danza, más allá de la estética. Quiero provocar reflexiones”. Nacida hace 35 años en Milán, Simona vino al mundo sin brazos por una extraña enfermedad pero acompañada de una gran seguridad en sí misma y una voluntad de hierro que nunca le han abandonado. A los cuatro años ya pintaba con la boca y a los seis descubrió la danza. Durante todo este tiempo ha cultivado con pasión estas dos facetas en su vida hasta convertirse en una artista polivalente que domina la danza y la pintura y que llega a combinar en ocasiones de forma conjunta sobre el escenario. A pesar de haber llegado tan lejos, el camino no ha sido nada fácil. Nunca lo es. Para nadie. Pero menos para ella. Una bailarina sin brazos. ¿Imaginan la cara de estupor de los profesores? Por ejemplo, los estatutos que regían en la escuela de baile donde aprendía los primeros pasos y poses. “Todo fue bien hasta que cumplí los nueve o 10 años. Pero, a partir, de ahí, el reglamento de la escuela contemplaba exámenes sobre el uso de los brazos. Yo era la excepción a la regla. Mi madre escribió a la central en Londres, cuya presidente honoraria era la reina Isabel II de Inglaterra. La oficina de la reina respondió diciendo que podía continuar, pero haciendo sólo exámenes orales. Preferí explorar otros caminos”, explica la bailarina al Corriere della Sera en esta entrevista. Como muestra de su extraordinaria personalidad vean este impresionante video en youtube: "Vuelo sin alas: creo que esa es la definición perfecta de mi forma de bailar y de lo que la danza representa para mi... Un modo de volar lejos del mundo, de alcanzar lo que está más allá de la realidad, donde mi cuerpo y mi mente son una sola". Frente a la reacción habitual que solemos tener las personas de echar siempre la culpa a Dios de casi todo lo imperfecto o malo que nos pasa u ocurre, me ha llamado gratamente la atención la forma en la que Simona ha integrado en su proyecto vital y artístico esta peculiar discapacidad: "Dios es un pintor perfecto. Y si me ha pintado así es porque ha querido".

1 comentario:

Unknown dijo...

hola, queria invitarte a que agregues tu blog a espainfo.es
es un directorio de webs y nos gustaría que estuvieras.
saludos

Diego