La Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra celebra sus cincuenta primeros años de vida. Como antiguo alumno que soy me sumo con entusiasmo y alegría a esta gozosa celebración. Felicidades a todos los que, con su esfuerzo y dedicación profesional, han contribuido en poco o mucho a ello. Desde que fuera Instituto de Periodismo hasta la actual y moderna facultad, alojada en el maravilloso mamotreto de cemento de Vicens, sus aulas han visto pasar a ocho mil personas entre alumnos, profesores, doctorados, masters y demás variantes académicas que ahora trabajan en los más variopintos lugares de la galaxia periodística y comunicativa. Es la mejor facultad de periodismo de España. Sin lugar a dudas. Decir que has estudiado allí es garantía de reconocimiento y excelencia profesional en todos los ámbitos de la profesión y de nuestra sociedad. En Navarra cuentan con el mejor profesorado, las mejores instalaciones, la mayor proyección profesional e infinitas posibilidades para los alumnos. Están a la vanguardia del Periodismo, la Publicidad y la Cultura Audiovisual y Cinemátográfica de nuestro país y al mismo nivel y competencia que muchas de las grandes facultades norteamericanas. Todo lo poco y bueno que sé de esta noble profesión lo he aprendido allí. Lo malo y deficiente, se lo aseguro, es cosecha propia. Medio siglo horneando, año tras año, periodistas de prestigio supone que la mayoría de los rostros conocidos que conforman el panorama periodístico español ha pasado por sus aulas. Probablemente, como ocurre en muchas otras facetas de esta vida, los mejores no sean los más conocidos. Algunos habrán "aprehendido", con mayor o menor provecho, con mayor o menor fortuna, la esencia del espíritu que, desde el principio, ha animado la razón de ser de este centro educativo: el gran amor a la libertad que inspira el humanismo cristiano. Otros, habrán adoptado en su vida, y en su quehacer profesional, formas diametralmente opuestas a este modo de vivir y pensar. Casos conocidos hay de sobra. Lo que casi todos sienten, sin excepción, es un inmenso cariño por una Universidad que les ha inculcado la conciencia e importancia de la responsabilidad individual en el actuar de cada uno y que tiene un exquisito respeto por la libertad de sus alumnos. Y esto, en los tiempos que corren, también es un importante valor diferencial. En la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra el exceso de vanguardia técnica y de celo por la excelencia profesional no supone una merma en la decisión, capacidad y los medios para formar, a la vez, a buenas personas. Ésas que, como decía el maestro Luka Brajnovic o Ryszard Kapuscinski, siempre terminarán siendo buenos periodistas y trabajarán al servicio de la sociedad. Un contacto más real con la deontología del día a día, una mayor implicación en transmitir las virtudes de una profesión difícil de conjugar a pie de obra, sin falsos idealismos ni endiosamientos, sabiendo explicar sin complejos a los futuros periodistas lo que está bien y lo que está mal, con una apuesta decidida por proponer y ofrecer en las aulas, y en el saber práctico, un modo de ver la vida más épico, apasionante, feliz, noble y entusiasmante, sin complejos y con su inherente compromiso profesional... podrían ser, dicho así de carrerilla, algunas líneas sobre las que seguir trabajando en el futuro. El periodismo hoy más que nunca lo necesita con urgencia. Estoy convencido de que si Dios nos lo permite, cuando celebremos el primer centenario de la Facultad, allá por el 2059, muchos de los antiguos alumnos podremos seguir diciendo que hemos estudiado en la mejor facultad de periodismo del mundo. La misma que proclama en su esencia inspiradora el amor y el compromiso de por vida con la Verdad, la Libertad y la Independencia. ¡Feliz aniversario FCOM!
Cuando el hombre pierde el miedo a equivocarse es LIBRE. Eso es la REDENCIÓN. El PERDÓN. Cuando el hombre es consciente de que hay perdón rompe el último baluarte de los enemigos de la LIBERTAD, que es meter miedo. Se pierde el miedo incluso a la propia equivocación, se es más libre y entonces saca lo mejor de si mismo.
2 comentarios:
Amigo Gaudencio: Yo soy de la otra esquina de la derecha en el mapa, Galicia, he a terra noxa, donde eu naci. Pero a través del cantábrico, las olas del mar, nos hacen llegar el eco de la grandeza de la Universidad de Navarra. Poniendo la caracola de mis playas en el oido, soy capaz de percibir la majestuosidad de las palabras que se pronuncian en aquella Universidad que suenan a Verdad y Libertad; ¡la verdad os hará libres! Eso que tan bien aseguraba Jesús.
¡Felicidades! muchacho por la tierra y la Facultad que te vió nacer a la cultura, a lo transcendente, a la honradez en la palabra, a la belleza que refleja la Verdad.
Queda mucho camino por recorrer, pero, en la certeza de que has recogido bien el testigo, tienes luz y aliento para muchas carreras como auténtico testigo de la VERDAD.
Que nunca una palabra tuya rompa el sentido de un mensaje. Que nunca un mensaje sea transmitido si no contiene la verdad. Que nunca la Verdad sea mermada con medias verdades. Que el Verbo que se hizo Palabra habite entre nosotros. ¡FELICIDADES! A la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra que celebra sus cincuenta primeros años de vida.... Y QUE CUMPLA MUCHOS MÁS
Una enorme línea roja recorre los 7.000 nombres de los 7.000 estudiantes que han pasado por sus aulas. De manera fina y elegante se demuestra, una vez más, que quien ha estudiado en la Universidad de Navarra no es "uno más", sino un verdadero protagonista de la historia de su Facultad. Si no, busquen a un amigo que haya estudiado en las aulas de FCOM... ¡y lo encontarán!
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