Se llama Luis Álvarez. Tiene 61 años y es madrileño. Fue escapartista para Revlon París en España. Trabajó para las mejores tiendas de moda de la New Bond Street, en Londres, en comercios exquisitos donde compraba la aristocracia, los reyes y también los ídolos de rock del momento, como los Rolling. Fue un hippy de los 60 que flipaba con los Beatles y asistía a clases de mimo con Lindsay Kemp en la capital inglesa. Estaba en los lugares, Madrid y Londres, que eran punta de lanza de la ruptura de los convencionalismos sociales. Sin embargo toda esta ajetreada vida quedó en un triste recuerdo ya que acabó "completamente asqueado de esa vida de absoluta frivolidad" Luis Álvarez ahora es fray Luis. Hace unos años ingresó como monje en el monasterio de Oseira de la orden del Císter. Es noticia porque expone su particular colección de 12 enormes lienzos de San Rosendo que pintó en 12 días con jornadas de 6 horas: "Yo sólo pinto para poner al espectador ante la verdad".Cuando el hombre pierde el miedo a equivocarse es LIBRE. Eso es la REDENCIÓN. El PERDÓN. Cuando el hombre es consciente de que hay perdón rompe el último baluarte de los enemigos de la LIBERTAD, que es meter miedo. Se pierde el miedo incluso a la propia equivocación, se es más libre y entonces saca lo mejor de si mismo.
jueves, 11 de octubre de 2007
CAMBIO RADICAL
Se llama Luis Álvarez. Tiene 61 años y es madrileño. Fue escapartista para Revlon París en España. Trabajó para las mejores tiendas de moda de la New Bond Street, en Londres, en comercios exquisitos donde compraba la aristocracia, los reyes y también los ídolos de rock del momento, como los Rolling. Fue un hippy de los 60 que flipaba con los Beatles y asistía a clases de mimo con Lindsay Kemp en la capital inglesa. Estaba en los lugares, Madrid y Londres, que eran punta de lanza de la ruptura de los convencionalismos sociales. Sin embargo toda esta ajetreada vida quedó en un triste recuerdo ya que acabó "completamente asqueado de esa vida de absoluta frivolidad" Luis Álvarez ahora es fray Luis. Hace unos años ingresó como monje en el monasterio de Oseira de la orden del Císter. Es noticia porque expone su particular colección de 12 enormes lienzos de San Rosendo que pintó en 12 días con jornadas de 6 horas: "Yo sólo pinto para poner al espectador ante la verdad".
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