En un mundo donde la religión parece estorbar y ser católico es tomado como un defecto prácticamente insalvable, sorprende la capacidad de atracción de los santuarios católicos. Espacios de fe popular que convocan a millones de personas. Desde El Vaticano hasta la Basílica de Guadalupe, de Lourdes a Fátima. Algo similar ocurre con Santiago de Compostela, la ciudad española donde reposan los restos del apóstol que Benedicto XVI visitó apenas unos días atrás. ¿Qué mueve a tanta gente? Una pregunta que el mismo Papa se hizo el sábado pasado durante la misa que presidió en la Plaza del Obradoiro, justo frente al atrio de la Catedral de Compostela. El miércoles último, durante la audiencia general en El Vaticano, se refirió a este tema: “Viendo el número de peregrinos presentes en la Santa Misa solemne que tuve la gran alegría de presidir en Santiago, medité sobre lo que impulsa a tanta gente a dejar las ocupaciones cotidianas y a emprender el camino penitencial hacia Compostela, un camino a veces fatigoso: el deseo de alcanzar la luz de Cristo, la cual anhelan en lo profundo de su corazón, aunque si a menudo no lo saben expresar bien con palabras. En los momentos de oscuridad, de búsqueda, de dificultad, como en la aspiración de reforzar la fe y vivir en modo más coherente, los peregrinos a Compostela emprenden un profundo itinerario de conversión a Cristo, que ha asumido en sí la debilidad, el pecado de la humanidad, las miserias del mundo, llevándolas donde el mal no tiene más poder, donde la luz del bien ilumina todas las cosas. Se trata de un pueblo de silenciosos caminantes, provenientes de todas partes del mundo, que descubren la antigua tradición medieval y cristiana del peregrinaje, atravesando barrios y ciudades permeadas de catolicismo”. Algo de esto que dice el Papa ha llamado la atención de dos grandes actores, padre e hijo, de Hollywood como Emilio Estevez y Martin Sheen que han rodado una película sobre la peregrinación titulada “The Way”, o dicho en español “El Camino”. El filme, como ya relatamos en este blog hace ya un año, relata la historia de un joven que muere haciendo el camino y un padre que decide dejar todo para completar la travesía inconclusa de su hijo y así llegar a conocerle. Una sugestiva historia de conversión humana.
Cuando el hombre pierde el miedo a equivocarse es LIBRE. Eso es la REDENCIÓN. El PERDÓN. Cuando el hombre es consciente de que hay perdón rompe el último baluarte de los enemigos de la LIBERTAD, que es meter miedo. Se pierde el miedo incluso a la propia equivocación, se es más libre y entonces saca lo mejor de si mismo.
jueves, 18 de noviembre de 2010
EL CAMINO DE SANTIAGO EN "THE WAY" DE MARTIN SHEEN
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