sábado, 17 de abril de 2010

EL HOMBRE DE LOS CARAMELOS

Recojo algunos fragmentos del brillante artículo publicado en catalán por el filósofo Ferrán Sáez Mateu hace unos días en el diario Avui sobre la pederastia: "En 1978 una niña de 12 años protagonizó su primera película. Se llamaba Brooke Shields y hacía de prostituta en La petite, del director francés Louis Malle, icono cultural de la izquierda bienpensante europea. Aparecía desnuda, y figuraba que mantenía relaciones sexuales con adultos. A todo el mundo le parecía normal, aquello. En 1978 había que ser progre. A los que se atrevieron decir algo se les trató de reaccionarios y cavernícolas. Un año después, en 1979, la Orquesta Mondragón, liderada por Javier Gurruchaga, icono cultural de la televisión española en la era de Felipe González, editó su primer disco, Muñeca hinchable. Muchas de las letras eran de Eduardo Haro Ibars (icono cultural de la movida madrileña promovida por Tierno Galván), hijo de Eduardo Haro Tecglen, icono cultural del progresismo español. Una de las canciones se basaba en el estándar de jazz Satin Doll y llevaba por título El hombre de los Caramelos. La letra de Haro Ibars, homosexual y politoxicomanía que murió de sida en 1988, decía literalmente: “El hombre de los Caramelos (…) a la puerta del colegio / espera para hacerte feliz / Y si deseas con el disfrutar / no tiene debes niño asustar / El tiene siempre lo que te hará Gozar “. La pederastia se hacía así aún más glamourosa que cuando la glosó Gil de Biedma, icono cultural de la gauche divine barcelonesa, en sus recuerdos de las islas Filipinas. En 1984, Pedro Almodóvar, icono cultural del postmodernismo español de izquierdas, estrenaba ¿Qué he hecho yo para mereces esto?. Gurruchaga hacía el papel de un dentista paidófilo. En una escena hacia el final de la película, el odontólogo se ponía de acuerdo con un niño de unos ocho o nueve años y con su madre, interpretada por Carmen Maura, para consumar una especie de relación sexual estable con el menor. Según el retrato que hacía Almodóvar, todos eran felices y estaban de acuerdo. Al cabo de muchos años, el director manchego contrapuso esa pederastia “buena”, que hacía tanta gracia a los progres de la época, con otra que ya no resultaba ideológicamente homologable, aunque era igual. La película se llamaba La mala educación (2004)". (...) "Últimamente parece que se habla mucho, de pederastia. En realidad se habla demasiado poco, y de una manera deshonestamente parcial. El hombre de los caramelos, el degenerado de siempre, la alimaña ancestral, tiene muchos rostros. Más de los que algunos creen". Recomiendo su lectura completa y traducida al castellano aquí.

2 comentarios:

Virulent dijo...

Totalmente de acuerdo con este tipo, Gauden. Porque es verdad que algunos pocos sacerdotes de la Iglesia católica han cometido abusos a menores pero yo nunca he oído a la Iglesia como tal decir que los abusos a menores sean buenos. Otros sí se han manifestado a favor de estas aberraciones y no son juzgados con tanta virulencia.

Joe Vert dijo...

Una vez más la Iglesia católica, como referente moral, se adelanta a otras muchas instituciones que tendrán que salir a pedir perdón por sus abusos a menores. Porque en la institución que más claro tenía que esto estaba mal se han producido unos cuentos casos, ni les cuento en aquellos en los que eran tolerados y jaleados estos comportamiento en nombre de la libertad sexual.