domingo, 4 de abril de 2010

LA RESURRECCIÓN DE IBÁÑEZ LANGLOIS

En las últimas Semanas Santas nunca ha faltado en el zurrón el "Libro de la Pasión" del magistral poeta chileno y sacerdote José Miguel Ibáñez Langlois. Un clásico para estos santos días que ayuda a muy bien rezar. Fragmento meditado de este mismo domingo. Capítulo 6 de La Resurrección:

"En cuanto apareció la estrella matutina
Magdalena María de Cleofás Juana y Salomé
recogieron todos los bálsamos de Jerusalén
todos los perfumes del mundo iban en sus ánforas
los primeros pájaros despertaban de pura fragancia
todos los domingos de la historia son así desde entonces
las mujeres se dirigían al muerto no al resucitado
el amor es más fuerte que la muerte
no temían a la guardia pues nada sabían de ella
sabían sólo de la roca que sellaba el sepulcro
ah el mundo como separa la gran muerte de la gran vida
la inquietud de las mujeres no pertenecía a la metafísica sino a la mecánica
el amor también tiene su mecánica
el amor también tiene sus imprevistos
la piedra había sido removida al margen de toda mecánica
los guardias diseminados parecían muertos
entre húmedos matorrales yacían los vencidos por el relámpago
las mujeres vieron el sepulcro abierto como un abismo
la Magdalena prisionera de amor en el mundo de la mecánica
dijo es un robo y partió hacia Pedro con los pies del viento
que ya se levantaba por solidaridad con el Espíritu
a las otras la idea del sepulcro las espantaba pero las atraía
el abismo las llamaba por su boca ardiente
allí encontraron a dos sacerdotes de vestiduras como la nieve
por qué buscáis entre los muertos al que está vivo
acaso no lo predijo con la debida anticipación
decid al Papa que Jesús está lleno de vida infinitamente
y luego haciendo honor a su condición angélica de súbito desaparecieron
en el aire ya demasiado luminoso de la resurrección".

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