jueves, 6 de noviembre de 2008

JUAN JOSÉ CORTÉS

El padre de Mariluz, Juan José Cortés, es un ser excepcional. Como ya saben los lectores de nuestro blog se trata de un joven pastor protestante, de etnia gitana, que ha vivido uno de los peores dramas que puede padecer el ser humano en esta vida: el asesinato de su pequeña y encantadora hija a manos de un pederasta que, por un error judicial, no estaba cumpliendo en la cárcel la condena que debía. Sin embargo su respuesta ante esta tragedia vital ha sido un poco diferente a lo que se podía esperar. Y eso ha llamado la atención de una forma muy particular a toda la sociedad española, clase política incluída. El padre de Mariluz ha recorrido media España pidiendo justicia, recogiendo firmas y apoyos, con una fuerza especial que él atribuye a su profunda Fe cristiana. Acaba de participar en la Conferencia Pentecostal Europea donde ha pronunciado un discurso impresionante, emotivo y ejemplar: "Después de la muerte de mi hija quedé hecho mil pedazos como un jarrón de cristal que cae al suelo pero, aunque el jarrón esté hecho mil pedazos, nunca deja de ser cristal. De la misma manera, el cristiano, aunque pierda todo lo que tenga en este mundo y sea roto en mil pedazos, jamás dejará de ser hijo de Dios. Cuando Dios te toca el corazón, no hay nada que se pueda comparar”. Frente a la típica actitud de cualquiera de nosotros, que echa la culpa a Dios ante la más mínima desgracia, Cortés ha explicado que lo que le sucedió en su vida, por muy terrible que fuera, no es razón para achacar las culpas al creador: "todo aquello bueno que el hombre recibe es de Dios mismo y, cuando llega el dolor, sólo podemos decirle que Él sigue siendo bueno y pedirle que nos dé fuerzas”. No me negarán que las palabras de Juan José Cortés tienen un brillo especial. Que Dios le bendiga. El video íntegro de la intervención se puede ver aquí.

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