lunes, 27 de octubre de 2008

MARGARITA ROJAS: AMOR INMENSO

El objetivo de cualquier periodista ha de ser siempre buscar, encontrar y contar las mejores historias que tiene la vida. Esas que nos reconcilian con el ser humano y con su capacidad de perdonar y de darse a los demás. Las que nos hablan de que se puede ser mejor, de que se puede ser feliz y de que, cada uno en su parcela y consciente de su mucha torpeza y limitación, puede transformar el mundo amando un poco más, y mejor, a los demás. Aunque ustedes no las vean con frecuencia en los medios de comunicación, esas historias existen y hacen que este mundo definitivamente no se vaya al garete. La vieja regla nemotécnica de "ahogar el mal en abundancia de bien" se repite todos los días en los lugares más recónditos del planeta gracias al empeño, el tesón y la fortaleza de incontables héroes anónimos que, probablemente, nunca coparán las portadas de los diarios pero que son tan reales y necesarios como la vida misma.
Margarita Rojas es una de ellas. Se trata de una septuagenaria mejicana que lleva dieciseis años desviviéndose por cuidar a su nieto Otón que padece una parálisis cerebral y del que nunca quiso hacerse cargo una hija suya. El documental de cinco minutos que van a ver se elaboró para uno de esos telemaratones solidarios que todos los años organiza el canal mejicano Televisa. Conmueve y emociona. Es una bella historia de amor, fe, entrega, cariño, bondad, esperanza y lucha por la vida que deja el buen sabor de boca de las cosas auténticas. El amor a los demás como motor principal de nuestra existencia. Imparable, necesario, redentor y humanizador. "Es un amor inmenso el que siento por él". Y así tantas y tantas Margaritas anónimas que, sin darse importancia, hacen este mundo más habitable y nos recuerdan con su ejemplo la vocación más alta y noble a la que estamos llamados. La que más felicidad nos puede proporcionar aunque, en algunos casos, pueda parecernos increíble e incomprensible. La del Amor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta más la foto anterior del blog...

Anónimo dijo...

Anónimo no ha visto el video de Margarita.

Muy heavy. Pensar, además, que estos niños, estas personas nos hacen un gran favor. No nosotros a ellos sino al revés.

Y además de hacernos inmensamente felices, en muchos casos nos hacen más felices que cualquier otro hijo.

Anónimo dijo...

Impresionante el amor, el coraje, el ejemplo de esta mujer. Me ha dejado tremendamente conmovido. Qué mezquinos y pobres son nuestros méritos comparados con la grandeza un corazón generoso...

Boulevard de la mer.