miércoles, 28 de octubre de 2009

HOLYWINS, ALTERNATIVA A HALLOWEEN

La costumbre netamente americana de, cada 31 de octubre, disfrazarse de bruja, zombie o vampiro y portar calabazas con velitas por las calles está calando, cada año que pasa, con más fuerza en nuestra sociedad europea. Supone un suculento negocio para muchos comercios y parques temáticos y la constatación de una preocupante pérdida de identidad de nuestras raíces cristianas. Hasta en muchos colegios católicos, muy respetables y ortodoxos, se celebra cada año "inocentemente" la Fiesta de Halloween con todos los niños disfrazados en un "entrañable" festival de invierno. Y, ¿qué hay de malo en una simple fiesta para pasárselo bien?, podríamos preguntarnos: "Que tiene un trasfondo de ocultismo y de anticristianismo", según Joan María Canals, director del secretariado de la comisión episcopal de liturgia de la Conferencia Episcopal Española (CEE). El sacerdote es tajante al respecto: "Los padres deben ser conscientes y encauzar el sentido de fiesta hacia lo bueno y la belleza, en vez de hacia el terror, el miedo y la misma muerte". Halloween ha supuesto el rescate de una fiesta pagana que celebraban los celtas antes de ser evangelizados. Es la fiesta de la muerte y el terror en la víspera, precisamente, de la festividad católica de Todos los Santos (1 de noviembre) y de los Fieles Difuntos (2 de noviembre), instituida por San Odilón, monje benedictino y quinto abad de Cluny, en el año 998. Afortunadamente hay una alternativa que, cada año, está cogiendo más fuste en diversos lugares de nuestra geografía europea. Se trata de aprovechar la única vez en la que nuestra sociedad se acerca, eso sí de una foma tangencial, a la innegable realidad humana de la muerte para poder hablar de cómo la viven y afrontan los católicos desde la perspectiva que da la Esperanza y la Vida Eterna. Así hace años en París nació la iniciativa de «Holywins», que juega con las palabras «holy» («santo») y «wins» («ganar»). Algo así como «lo santo gana». La propia Archidiócesis de París organiza desde hace varios años esta curiosa campaña, a la que acuden miles de niños y jóvenes todos los 31 de octubre: "En una sociedad que elude la cuestión de la muerte, la fiesta de Haloween tiene el “mérito” de que nos interroguemos sobre este tema, pero sólo hace referencia a los rituales morbosos y macabros. Por eso los jóvenes de París quieren aprovechar la ocasión de la fiesta de Halloween para testimoniar su fe y su esperanza cristiana ante la muerte en la vigilia de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos". Eso sí, sin cuernos ni tridentes ni kilos de siniestro maquillaje...
PDT: Novena edición de "Perderelmiedoaequivocarse" con Juan Carlos Ramos en A Cielo Abierto de la Cadena COPE. Escuche aquí el Audio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece fenomenal que la comunidad crisatiana quiera recuperar el espíritu de la Fiesta de Todos los Santos, pero lo que no comprendo es que lo haga "contra" la fiesta popular de Halloween, y creo que hay errores de concepto que aclarar:
1-Es cierto que la forma de celebrar Halloween se inspira en una fiesta pagana (que no satánica, como se ha dicho), pero para la inmensa mayoría no es sino una fiesta de disfraces temática.
2-El nombre 'Halloween' es una abreviatura de All Hallows' Evening (Vigilia o Víspera de Todos los Santos), de modo que la Iglesia intenta demonizar un nombre que ella misma instauró.
3-La fista pagana no intenta desplazar a la cristiana; históricamente es casi lo contrario: el papa Gregorio III cambió la festividad de Todos los Santos del 13 de Mayo al 1 de Noviembre en el siglo VIII, haciéndola coincidir "casualmente" con la celebración del año nuevo celta.
4-El origen de Halloween como lo conocemos tiene su orígen en Irlanda, uno de los países más católicos del mundo, y se ha globalizado desde los EEUU, uno de los países más puritanos del mundo.
5-El carácter mercantilista no falta en ninguna fiesta, sea del tipo que sea: en Navidad nos machacan para comprar regalos, alimentos carísimos, adornos, y los propios fondos públicos se derrochan en luces y festejos en una vorágine consumista y antiecologista.

Celebren como su credo o conciencia les dicte, celebren en paz, pero no ataquen a los que solo buscan una ocasión para divertirse de forma inocente. Si, inocente; no conozco a nadie que este fin de semana vaya a hacer pactos con el Maligno ni a sacrificar a su hijo en un ara negra. Un poco de sentido común, por favor.