
Con motivo de la celebración el pasado domingo del día del
DOMUND hemos conocido una peculiar historia protagonizada por un obispo español:
monseñor José Gea Escolano. Cuando
hace cuatro años el Papa
Benedicto XVI aceptó su renuncia como titular de la
diócesis de Mondoñedo Ferrol, a sus
76 años, decidió
irse de misiones. Tras dieciocho años de servicio en la diócesis gallega, otros cinco como auxiliar en Valencia y once en Ibiza, Don José se marchó como misionero a una
parroquia de la
diócesis peruana de Carabayllo. En
esta entrevista, reseñada por la agencia
Europa Press, asegura sentirse feliz en
Perú y tiene previsto permanecer allí "
hasta que Dios quiera". Asegura que en el país iberoamericano "
hay una gran escasez de sacerdotes por lo que es urgente una mayor presencia de presbíteros y misioneros". Además de impartir
cursillos y catequesis a sacerdotes y religiosos su tarea principal en la parroquia consiste en administrar el
Sacramento de la Penitencia al que dedica "
entre cinco y seis horas cada domingo, aunque algunas jornadas he estado hasta diez horas". El misionero valenciano aprovecha para expresar su preocupación porque en
Perú las familias "
en general están muy desestructuradas, con matrimonios que se rompen constantemente y, por tanto, con hijos que crecen sin una presencia estable y continuada de sus padres". En la
Diócesis de Carabayllo,
monseñor Gea colabora en la
parroquia de Santa María de la Providencia, dirigida desde hace dieciséis años por
dos misioneros valencianos a los que conoce bien:
César Buendía, que fue monaguillo del prelado cuando era párroco de la localidad valenciana de Moncada, y
Vicente Folgado, quien colaboró con él en su etapa como titular de la
diócesis de Ibiza. Por todo ello, el prelado misionero ha animado a que la campaña del
Domingo Mundial de la Propagación de la Fe "
sirva también para sensibilizar sobre la grave necesidad de sacerdotes en países como Perú".
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