Hace nueve años, Enrique Rubio, gerente de Cuadernos Rubio e hijo del fundador del método de escritura con el que muchos niños hemos aprendido en España a escribir decidió entrar de lleno en las nuevas tecnologías de la información. Los grandes grupos editoriales copiaban el sistema que inventó su padre con pequeñas modificaciones y por ello, hace un año Cuadernos Rubio inició su asalto a la Red: "Los cuadernillos cuestan entre 0,60 céntimos y algo más de un euro, y si a eso añadíamos los costes de transporte, al usuario no le salía rentable ya que multiplicábamos por cuatro su precio". Por ello apostaron por la descarga directa desde Internet y la aceptación ha sido mayor de lo esperado. Sin dar ningún tipo de publicidad a la web, han conseguido 200 descargas y una media de 7 u 8 diarias. En la página http://www.rubio.net/ se pueden encontrar las 70 referencias que actualmente ofrece la empresa y que no suelen encontrarse en su totalidad en las papelerías. Pero la idea de introducir los cuadernillos en la Red responde también a los numerosos emails que Rubio recibía: "madres emigrantes españolas me preguntaban por los cuadernillos para sus hijos y profesores de zonas menos desarrolladas que enseñan español y que conocen los cuadernos de cuando eran niños, también preguntaban cómo podían recibirlos". Sin embargo, su continuidad estuvo durante un tiempo en peligro: "Mi padre decidió en un momento determinado cambiar la portada y los colores y transcurrido un tiempo, la gente me preguntaba por la calle si todavía existían los cuadernillos Rubio". Por eso cuando tomó las riendas de la compañía decidió recuperar su color verde para la escritura y el amarillo para las matemáticas y colocó su logo, la mano que escribe, en el lugar que siempre ocupó. Diez de sus 18 trabajadores se dedican a una línea de ropa para niños que promocionan en la web, en la que se incluye un blog para que los clientes dejen sus quejas y sugerencias a las que siempre están atentos.
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