jueves, 15 de enero de 2009

INVERTIR EN EDUCACIÓN

Leo en La Contra la interesante entrevista que le hace hoy Víctor Lamela al gran gurú doméstico de la crisis económica Leopoldo Abadía. Como siempre el viejo profesor del IESE y del Harvard Business School, padre de 12 hijos y abuelo de 38 nietos, que reitera no saber nada de economía, nos explica mejor que nadie los motivos de esta crisis financiera, sus consecuencias y, sobre todo, lo que debemos hacer para sobrellevarla: "Sé optimista, sin distraerte, y sé prudente. Optimismo: prohíbete lamentarte de la crisis y actúa: si no te dan trabajo, invéntalo. Distraerte es no focalizar energías en lo básico. Prudencia: analiza tus impulsos. Despidiendo a muchos empleados puedes errar..." Resume perfectamente en una frase porqué hemos llegado a esta situación tan lamentable: "1.400 sinvergüenzas y 1.400.000 estúpidos". Cargado de sentido común nos obsequia con buenos consejos para no caer en las trampas que nos tienden en esta época las entidades financieras: "Fácil: no compres nada que no entiendas. Si no lo ves claro, si no lo entiendes, ¡aléjate!. Gaste lo que necesite..., ¡pero modere sus necesidades!". Pero lo que más me ha gustado de la entrevista en La Vanguardia es el momento en el que explica en qué ha invertido todos los ahorros y ganancias de su vida: "Yo me lo he gastado todo en educar a mis hijos (ya han heredado, pues)". Con esa segunda parte entre paréntesis que explica muy bien lo que es auténticamente la herencia que unos buenos padres pueden dar a sus hijos todavía en vida. Invertir en educación, en transmitir lo mejor a nuestros vástagos, en saber destinar sin complejos buena parte de nuestros recursos económicos, privaciones y nuestro tiempo para que ellos tengan los mejores centros educativos, las más valiosas explicaciones, referencias, profesores, competencias, amigos, virtudes, ideas y recursos que les permitan ser auténticamente libres y, por tanto, felices, al margen del dinero. Y no está de más recordarlo en estos tiempos en los que los progenitores solemos poner, en muchos casos, nuestros intereses, necesidades personales y económicas por delante de las de nuestros hijos. Palabra de gurú.

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