Siempre me ha parecido importante comer en familia. Ya sé que hoy en día las distancias y los horarios laborales muchas veces no lo permiten pero, en algunas ocasiones, sí podemos hacer algo más por nuestra parte para que esto sea posible. La cultura consumista y laboral nos empuja a comer solos, mal, en cualquier lugar, a cualquier hora, cualquier cosa y sin dedicar mucho tiempo a esta importante faceta de una vida plena y lograda. Por eso me ha alegrado mucho descubrir el resultado de un estudio realizado mundialmente que certifica que comer en familia fortalece los lazos del hogar, tiene un vínculo directo con el desarrollo del vocabulario de los más pequeños y con la obtención de mejores calificaciones escolares de los adolescentes. Totalmente de acuerdo. Además, esta costumbre previene conductas futuras de riesgo, mitiga las tensiones propias de la adolescencia y genera hábitos que tienden a permanecer en la vida adulta. El país que más extendida tiene esta práctica tan saludable es Argentina. ¡No saben nada los gauchos! La información la recojo del diario La Nación. En casa de mis padres siempre se ha hecho así y ahora que uno empieza a crear un hogar propio intentará que no se pierdan las buenas costumbres.
1 comentario:
qué buena foto y qué buena pinta!
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