lunes, 31 de marzo de 2008

SENCILLAS Y TIERNAS

En esto del amor cotidiano siempre he pensado que, cada minuto, merece la pena hacer un esfuerzo por hablar y contarse cosas nuevas con muy pocos espacios de silencio como intervalo. Nunca es demasiado. Nunca es mucho. Por ello me ha agradado leer a Julián Marías en "La mujer y su sombra" hablar sobre la necesidad de llenar de palabras nuestras relaciones de amor:
«El amor consiste fundamentalmente en decirse cada uno al otro, forma radical de “darse” personalmente [...] El amor consiste muy principalmente en hablar, y el declive de la conversación lo afecta profundamente. Hace falta lo que solo en algunas épocas existe: un lenguaje amoroso. El amor ha usado siempre –o casi siempre- la seducción por la palabra, principalmente por parte del hombre. La palabra lleva al descubrimiento de un mundo iluminado por el reflejo del amor, y esto suele ser un poderoso vehículo de su realización

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y lo mucho que nos cuesta...!!!!