DÍA DEL NIÑO POR NACER

Hoy 25 de marzo, nueves meses antes de que llegue el 25 de diciembre, se celebra en todo el mundo el día del niño por nacer. Una iniciativa que comenzó hace años en Latinoamérica y que, poco a poco, se va extendiendo a otros países. Su conmemoración es más necesaria que nunca. Desgraciadamente el niño por nacer... en nuestra sociedad... no siempre acaba naciendo. Y en la mayoría de los casos no es por causas naturales: una pastillita destructora, una intervención quirúrgica, un maltrato inducido, marginación, presión psicológica... Las generaciones venideras nos juzgarán a todos, también a usted y a mi, por ser la primera civilización en la historia que ha convivido con legislaciones que permiten y toleran legalmente el asesinato y manipulación de los seres más indefensos, que son los que están en el vientre de la madre. Entre las muchas cosas e ideas que he leído con este motivo me quedo con una: la sociedad occidental no margina hoy en día a la mujer. Margina, sobre todo, a la madre. Por ello las políticas sociales deben girar en torno a ella. Representa el futuro de la sociedad y la garantía de su subsistencia. La solución a este drama no creo que esté en meter en la cárcel a todas las mujeres y hombres que participen y consientan un aborto. Hay que cambiar radicalmente de mentalidad. Pasar de un ambiente que facilita y consiente la cultura de la muerte a una civilización nueva fundamentada en el amor y el respeto escrupuloso a la vida en todas sus fases y estadios. Levantemos por tanto hoy también nuestra voz para provocar la pregunta incómoda a esta sociedad anestesiada por el capitalismo y el utilitarismo racionalista que acaba entrometiéndose y calando en las relaciones personales. Que cuando los historiadores recurran a las hemerotecas para estudiar este tiempo descubran, al menos, que algunos lo dejamos dicho por escrito.