sábado, 12 de marzo de 2011

POR QUÉ VOLVERÉ A VER "ENCONTRARÁS DRAGONES"

De todas las críticas, reseñas y comentarios que he leído sobre el inminente estreno el próximo 25 de marzo de "Encontrarás Dragones", la película de Roland Joffé en torno a San José María Escrivá de Balaguer, sin duda, la que más me ha convencido es ésta del productor, guionista televisivo y filósofo, José María Lozano titulada "Por qué volveré a ver "Encontrarás Dragones". Está escrita con conocimiento, rigor y sinceridad tras asistir a uno de esos pases previos que se están realizando en la actualidad. La reproduzco sin quitarle una coma: "Entro en una pequeña sala de visionado de unos estudios que hay al final de la calle Alcalá en Madrid. No habrá más de veinte butacas. Me encuentro con conocidos periodistas de prensa, radio y televisión. Aparece un tipo con gafas y barba, trajeado y elegante. No pide dos minutos de atención para presentarnos una película. Nos explica que se ha pasado los últimos tres años de su vida buscando 30 millones de dólares para poder financiar este proyecto. El tipo se llama Ignacio Gómez Sancha, habla de maravilla y la pequeña historia que cuenta me deja expectante: es un prestigioso asesor financiero (ex vicepresidente de la Bolsa de Madrid) que ha dejado de un lado su exitosa carrera profesional para producir la película con la que lleva soñando tanto tiempo.
Empieza la proyección. La factura visual es impecable, de primera. La premisa me apetece y me interesa. Un periodista está investigando sobre la vida del fundador del Opus Dei y aparece, por medio, la figura de su propio padre, con el que no se habla desde hace muchos años. A través del padre del periodista llegamos a la historia de dos amigos de la infancia que llegan juntos al seminario. Uno de ellos continúa su camino hacia el sacerdocio y el otro no. A partir de aquí, seguimos el transcurrir de la vida de los dos protagonistas de la película: el sacerdote y el combatiente del bando nacional que se infiltra entre los republicanos durante la guerra civil española.
El sacerdote, Josémaría, busca amar a Dios y a los demás sin estridencias, ni ñoñerías. Es un personaje normal y corriente, absolutamente creíble. Su palabra y su acción no resultan cargantes ni tópicas. Por fin un sacerdote católico retratado en el cine con naturalidad, rigor histórico e incluso un poquito de afecto. Josemaría es un tipo joven que vive muy pendiente de Dios y de los demás y que, en medio de la brutal contienda, sólo habla de paz y reconciliación.
Al otro lado, su amigo de la infancia, Manolo, al que Josemaría pierde la pista al poco de llegar a Madrid y que tras abandonar el seminario se dedica a ayudar a su padre en el negocio familiar. Cuando estalla el conflicto, Manolo se convierte en espía del bando nacional y se infiltra entre los republicanos. Durante la guerra, con la muerte como escenario natural de fondo, Manolo conoce el amor, pero también la traición y el horror.
La trama argumental va cruzándose de Manolo a Josemaría y de Josemaría a Manolo. Un viaje por sus conciencias y sus corazones que se convierte en una emocionante aventura, a ratos deliciosa, a ratos amarga, en la que surgen, inevitables, un puñado de reflexiones sobre las verdades más inquietantes del acontecer humano: la libertad, la capacidad de amar y de perdonar.
Llama la atención que el director y guionista de la película, Roland Joffé (‘Los gritos del silencio’ y ‘La Misión’), agnóstico declarado, se meta en este guirigay antropológico de corte inequívocamente cristiano. Algo parecido ocurre con ‘Gran Torino’, de Clint Eastwood. Dos películas grandiosas, dirigidas por cineastas que afirman no tener Fe y, sin embargo, tienen la capacidad de realizar retratos llenos de hermosura sobre las realidades más bellas y profundas del Cristianismo: el amor y el perdón. Y lo hacen con historias cargadas de dramatismo y verdad en las que el dolor y la muerte no se instalan definitivamente en el mundo: son transformadas, a través de la belleza del perdón, en amor, en esperanza.
Termina la proyección. Conmovido, me acerco a saludar a Ignacio, el productor. Le doy la enhorabuena y le felicito por el proyecto. También las gracias por haberme invitado a la proyección y permitirme disfrutar de una película profunda, hermosa y valiente. Volveré al cine a verla".

3 comentarios:

geris dijo...

Iremos a verla. Gracias por la expectación y el conocimiento de esta crítica.
Leónidas

Anónimo dijo...

Yo también he tenido la suerte de verla en un pase previo. también volveré a verla, creo que varias veces. Una película de calidad cinematográfica, de gran densidad de contenido, que no deja indiferente.

Zoran dijo...

Es bueno este Lozano. Me fio de su criterio cinematográfico. Me enfrentaré a los dragones. Salud!