"Sabéis lo que es esto, ¿no?" ha dicho el ginecólogo señalando una minúscula puntita que sobresalía de tu cuerpecito blandiblú, cuasi perfecto, durante la segunda ecografía de rigor. "Manolo" ha sentenciado el galeno finalmente. Así que, contra todo pronóstico familiar, serás chico. Desde ese mismo instante creo que ya he repasado mentalmente, varias veces, lo que van a ser, sin duda, los grandes momentos de nuestra vida en común. Imagino: quizás seas cabezón, animalico, querrás jugar a fútbol, hablaremos de hombre a hombre, te explicaré cómo vienen los niños al mundo, los usos y costumbres familiares, serás un adolescente insoportable, ejercerás de hermano mayor el día de mañana, estudiarás más o menos, tendrás novia, te casarás, nos harás abuelos... prefiero no pensarlo mucho. Da vértigo. En el fondo serás lo que tú quieras ser y harás lo que tú creas que tienes que hacer. Educar en la libertad, sin duda, gran reto. Desde ayer hay una canción que resuena sin parar en mi cabeza. Es de Alberto Cortez: "¡Qué regocijo hermano, qué regocijo! Al saber que ha llegado tu primer hijo. Andarás recogiendo, sin duda alguna, las mejores estrellas para su cuna, que será la más bella, la más sencilla, ¡Qué maravilla Goyo qué maravilla! Tanto tiempo al garete no ha sido en vano, ya tienés quien te apriete fuerte la mano, y a quien cantar bajito todas las nanas, que cuando yo era chico tú me cantabas".
¡Que Dios te bendiga, hijo!
2 comentarios:
Javier, vas a ser un padrazo. Y yo un tío encantado de tener otro varón en la familia. El cuñadísimo.
Seguimos dando gracias por el renacuajo!
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