martes, 24 de junio de 2008

CONCILIAR VIDA LABORAL Y FAMILIAR

Con la llegada de las temidas vacaciones de verano y el fin del cole muchos padres y madres que trabajan fuera de casa no saben muy bien qué hacer con sus hijos. Los políticos nos venden la burra de que abrir los colegios para que los chiquillos pinten, hablen en inglés, hagan deporte o aprendan recetas de cocina es una buena forma de conciliar el trabajo y la familia. Nada más alejado de la realidad. Bastante tormento pasan ya nuestros hijos durante el curso escolar, con todos sus nueve meses, como para prolongar la agonía encima durante las vacaciones estivales. La auténtica conciliación del trabajo y la familia consiste en fomentar desde la administración el cambio de horarios laborales e instar a las empresas a que faciliten que los papás y las mamás puedan estar más tiempo en casa con sus hijos. Nuestro país es uno de los que peor rentabiliza en productividad y efectivad los horarios laborales de sus empleados. Éste va a ser, sin duda, uno de los grandes reproches que nos harán nuestros vástagos el día de mañana: "no pude contar con mi padre o madre en los momentos y conversaciones más importantes de mi vida porque estaba trabajando". Para que esto no ocurra hay que reivindicar una mayor rebeldía de los mayores para con sus empresas, voluntad política y conciencia desde las administraciones reguladoras y cambio de mentalidad social sobre el éxito empresarial y el triunfo familiar. Conciliar no es trabajar menos, sino trabajar de otra manera.

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