Tras años de conjeturas de todo tipo se acaba de hacer publica la conversión de Tony Blair al catolicismo. Sin duda es una buena noticia por la que hay que dar gracias a Dios. Pero como intuyo el entusiasmo generalizado en el personal ante esta interesante cuestión me van a permitir que me salga un poco del guión establecido y pregunte en voz alta en qué momento de su vida se ha producido esta conversión. Y no es un asunto baladí. Lo digo porque ahora también es momento de recordar que el ex-primer ministro británico fue uno de los principales aliados de EEUU en la guerra de Irak, la misma que fue condenada con dureza e insistencia por Juan Pablo II. Bajo su mandato se han aprobado leyes de adopción por parte de homosexuales, de investigación con células madre que permiten auténticas aberraciones genéticas, clonación y no se ha hecho absolutamente nada para evitar el incremento desmesurado de abortos en Inglaterra con una legislación permisiva. Está claro que todos tenemos derecho a equivocarnos y, sobre todo, a poder rectificar y ser perdonados. Por eso no estaría nada mal una entrevista en profundidad o una rueda de prensa en la que nos aclarara realmente que opina sobre todas estas cuestiones y cuál es su nuevo criterio. Esa sí sería una buena conversión.
2 comentarios:
¡¡¡¡PERO QUÉ EXAGERADO ERES, CHAVAL!!!!!
el tipico politiquillo de la UCD inglesa. un jeta que le pega a todo lo que sale pero que antes que la devoción está el cargo y la trepada, menuda firma!
si nace antes sale del opus!
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