lunes, 17 de diciembre de 2007

EL PAÍS DEL ABORTO

En esta sociedad nuestra la lógica del sentido común brilla cada día más por su ausencia. Después de la que está cayendo con el aumento genocida del aborto en España y el destape del desmadre criminal y lucrativo del doctor Morín y sus numerosas clínicas de Barcelona y Madrid, resulta que el problema va a estar en que la ley está mal hecha y hay que ampliarla (léase artículo de El País). Hasta ahora con la legislación actual, que no olvidemos que mantiene que el aborto es un crimen y sólo lo despenaliza en tres casos excepcionales, se estaban cometiendo muchos y peligrosos delitos. Sin embargo la solución que plantean desde determinados medios, y también desde el gobierno, no es la de una mayor firmeza en el cumplimiento de la ley y el castigo a los delincuentes que la infrinjan. Cuestión, por otra parte, evidente y de una lógica aplastante. Nada que ver. Lo que se propone, sin rubor alguno y sin que se le caiga a alguno la cara de verguenza, es una modificación del texto para que se puedan hacer las mismas cosas, las mismas aberraciones, los mismos asesinatos, los mismos crímenes, pero, eso sí, dentro de la legalidad. O sea que en vez de replantear los argumentos progres, y que la ciencia ha demostrado años después como mentirosos, que en su día fundamentaron una ley injusta con los no nacidos, se propone ajustar la ley a la dramática realidad por la que seremos juzgados el día de mañana. La que nos dice que España pasará a la historia como el país del aborto. Y usted y yo no podremos negar que convivimos con esa realidad sin hacer el ruido suficiente.

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