jueves, 20 de enero de 2011

LA CARICIA DE BENEDICTO XVI A LA NIÑA "BENEDETTA"

Me ha conmovido profundamente la crónica periodística de Mario Ponzi, publicada en la edición en español del diario vaticano L´Osservatore Romano, sobre la visita de Benedicto XVI a los niños del Policlínico Gemelli el pasado 5 de enero (vea el video). Bajo el título de "La caricia a Benedetta" narra el emotivo encuentro del pontífice con una niña de un año a la que sus padres abandonaron nada más nacer ya que tenía la cara desfigurada. Ante ella el Papa tiene palabras y gestos emocionantes: "Y después Benedicto XVI entra en la habitación número 22, donde está Benedetta. Nació hace un año con una gravísima malformación cerebral. Sus padres, al verla nacer así de desfigurada la abandonaron y huyeron del hospital. Las enfermeras del servicio acogieron a Benedetta, le dieron este nombre. La cuidan como si fuera la hija de cada una de ellas. La colman de amor. «Es un milagro que todavía siga viva» dice Claudia, pero podría ser Santina, o María o cualquier otra de las numerosas mamás de Benedetta. El Papa se conmueve al escuchar la historia de Benedetta. La acaricia largamente, con ternura. Hace la señal de la cruz en su frente y luego le susurra: «Tú serás bendita por siempre». Palabras dirigidas por el Papa a Benedetta, niña de un año de vida —transcurrido enteramente en su camita de hospital—, mientras con ternura acaricia su rostro desfigurado. Los prelados que lo acompañan en la visita al Gemelli se inclinan sobre la cuna; miradas atónitas, llenas de compasión. Y una personalidad del séquito murmura, conmovida: «Este es el rostro de Cristo que sufre». El secretario particular del Pontífice se detiene un instante ante esa cuna; sigue acariciando las manitas inertes mientras repite: «Eres guapa, Benedetta, eres guapa» y casi no logra marcharse. Habitación 22, servicio de pediatría, quinta planta del Policlínico universitario Gemelli de Roma. Aquí se ha escrito quizás una de las páginas más bellas y conmovedoras de estas fiestas navideñas".

11 comentarios:

LAH dijo...

GRACIAS MUCHAS GRACIAS POR TRAERNOS ESTA BELLA HISTORIA, LA ACONSEJARE DESDE MI BLOG, ME HA EMOCIONADO MUCHO MUCHO. ABRAZOS

Rafael dijo...

Impresionante. Amar o deshumanizarse, esa es la cuestión.

ARCENDO dijo...

Gracias te doy yo también. Me ha emocionado... rezaré...
ABRAZOS.

Kara dijo...

Una historia conmovedora

Anónimo dijo...

Gracias Gaudencio por este testimonio de amor.
Fraternalmente,

Capuchino de Silos dijo...

Bellísima y conmovedora historia.
Estoy emocionada.
Gracias, Santo Padre.

Fran dijo...

Qué impresionante, ¡si las personas fueran como esas enfermeras y en vez de hacer daño acogieran al que sufre!

Angelo dijo...

No dejo de mirar la bella foto que acompaña al post. Que mirada tan directa hacia el Santo Padre. Una historia que agradezco haber conocido

Angelo dijo...

No dejo de mirar la bella foto que acompaña al post. Que mirada tan directa hacia el Santo Padre. Una historia que agradezco haber conocido

Miriam dijo...

Cuanta ternura y cariño.
Gracias

Anónimo dijo...

Me ha conmovido profundamente este hecho. Gracias por darlo a conocer