
Cuando el hombre pierde el miedo a equivocarse es LIBRE. Eso es la REDENCIÓN. El PERDÓN. Cuando el hombre es consciente de que hay perdón rompe el último baluarte de los enemigos de la LIBERTAD, que es meter miedo. Se pierde el miedo incluso a la propia equivocación, se es más libre y entonces saca lo mejor de si mismo.
lunes, 23 de julio de 2007
POLANCO TAMBIEN MUERE

miércoles, 18 de julio de 2007
PUDORES VERANIEGOS

Lo primero de todo es pedir disculpas a la parroquia bloguera por el abandono registrado en los últimos días en este humilde cuaderno virtual. Ha sido una semana de minivacaciones alejado de la tecnología para intentar descansar de verdad. Algo se ha conseguido. El triángulo Pamplona (San Fermín)-Hendaia (San Juan de Luz)-Laredo (Cantabria) ha servido para sentir y pensar cosas que, supongo, irán saliendo poco a poco en próximas entregas cibernéticas. Por de pronto una reflexión en torno al desaforado desnudismo que vivimos estos días de verano en playas y calles de las ciudades de España. Es alucinante. (Conviene aclarar: hay gente que todavía no se cree que el planteamiento cristiano del cuerpo humano es el propio de la religión de la carne y la única que da importancia real al hecho concreto de vivir. Nuestro cuerpo no es una cárcel que nos oprime y condena sino expresión maravillosa de la imagen de Dios. Por eso hay que cuidarlo. Somos templo del Espíritu Santo que hay que saber mostrar, ofrecer y expresar a los demás). Hace poco he leído una interesante reflexión del poeta y escritor portugués Fernando Pessoa que habla de las ventajas de saber ser verdaderamente corporales: “Sólo los pueblos que se visten gozan de la belleza de un cuerpo desnudo. El pudor beneficia sobre todo a la sensualidad, como el obstáculo a la energía”. También en verano.
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