viernes, 25 de febrero de 2011

"EL LUGAR MÁS PELIGROSO PARA UN AFROAMERICANO ES EL ÚTERO"

Lo cuenta este viernes el corresponsal del diario El Mundo en EEUU Carlos Fresneda en una interesante información. Una niña negra, con mirada inocente y vestido rosa, mira a los peatones y a los automovilistas desde una valla publicitaria como pidiendo compasión. Encima de ella, el cartel proclama sin rodeos: "El lugar más peligroso para un afroamericano es el útero". El anuncio, sufragado por el grupo antiabortista de 'Texas Life Always', cuya página web es "Thats abortion.com",  ha traído la controversia a las calles de Nueva York. La valla publicitaria estará provisionalmente durante tres semanas en un cruce estratégico y muy transitado en el Soho, en la Sexta Avenida a la altura de la calle Watts. "Estoy de acuerdo en que hemos ido muy lejos, pero es que la situación ha llegado ya demasiado lejos", se defiende el reverendo Derek McCoy, miembro de la directiva de Life Always. "La proporción de abortos entre la comunidad negra es alarmante, y es eso lo que estamos denunciando. Los afroamericanos son el 12,8% de la población y sin embargo contabilizan el 36% de los abortos que se practican en Estados Unidos". En Nueva York, la proporción crece hasta casi la mitad. Un embrión 'negro' tiene tres veces más posibilidades de ser 'abortado' que un embrión 'blanco', según datos de Life Always. La campaña está especialmente dirigida contra la labor desarrollada por las clínicas del grupo de planificación familiar Planned Parenthood en las barriadas pobres de las grandes ciudades, donde se registra el mayor número de abortos. "Es la pura verdad, expresada de una manera muy clara", se defiende por su parte Chris Slattery, al frente del grupo antiabortista Mother Care FrontLine: "Los datos hablan por sí mismos: desde 1973 ha habido más de 13 millones de abortos entre los afroamericanos, comparados con los 2,2 millones de muertes por enfermedades cardíacas o las 300.000 por accidentes y muertes violentas".

jueves, 3 de febrero de 2011

LA RELIGIOSA QUE PERDONA A LA MUJER QUE INTENTÓ MATARLA A PUÑALADAS

Otra impresionante historia de perdón cristiano. Sor Marcelina Muñiz pertenece a la congregación de las Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia. El 14 de febrero del 2010 una perturbada del Albergue Covadonga, en el que lleva años prestando asistencia a los más desfavorecidos, la acuchilló en el hombro y en el cuello sin mediar palabra ni motivo. Estuvo al borde de la muerte varias horas. Una de las cuchilladas se quedó a un milímetro de la vena cava. Perdió muchísima sangre. Los médicos la salvaron de la muerte "de milagro". Estuvo doce días en reanimación y dos en planta. Cuando volvió al albergue había perdido la facultad de caminar. Nunca más podrá utilizar con normalidad su brazo izquierdo, dañado hasta el tuétano. La prensa ha recogido el impacto de su llamativo testimonio de perdón durante el juicio celebrado esta semana en los Juzgados de lo Penal de Gijón. Son destacadas las declaraciones que hace la religiosa a La Voz de Asturias: "La he perdonado. De hecho, la perdoné el mismo día que me hizo lo que me hizo. Si Cristo perdonó a los ladrones, ¿cómo no voy a perdonar yo a una pobre chica que no tiene donde caerse? Dios ya la había perdonado mucho antes que yo. La perdono porque es mi obligación como religiosa y como ser humano. Es algo natural. No entiendo por qué causa tanta sorpresa que perdone a mi agresora. Si las relaciones humanas fueran menos complicadas, habría menos guerra y menos hambre". Los estudios periciales han determinado que María Belén Montero sufre un trastorno grave de la personalidad. Sufre alucinaciones. En su cerebro se cuela la obsesión de que alguien quiere envenenarla. "No soy psiquiatra. No entiendo de esas cosas, pero me da igual. Para mí, es una hermana". Sor Marcelina dejó Gijón el pasado mes de abril (es natural de León) para desplazarse a Zaragoza, donde ejerce de voluntaria en labores sociales de su congregación. "No podía seguir en Gijón. Me quedé tan mal después de la agresión que las hermanas que residen en el albergue Covadonga no podían atenderme bien porque son muy pocas, tan sólo tres. En Zaragoza estoy mejor atendida. Cuando las hermanas me fueron a despedir a mi entrada al quirófano, estaban convencidas de que me moriría. Yo también, pero tuve fe: les dije que no se preocuparan, porque había hablado con Dios y sabía que me salvaría. Y así fue: Dios oyó mis plegarias". Ahora, su agresora es el objeto de sus ruegos. "Sé que Dios intercederá por ella como intercedió por mí en su día". Montero afronta diez años de cárcel y 21.000 euros de indemnización. "Espero que se oigan mis plegarias y no ingrese en prisión, sino en un centro especializado en el que la puedan cuidar y en el que pueda rehabilitarse. Me daría mucha pena que la metieran en prisión". La religiosa regresó ayer al Albergue Covadonga. Internos de larga duración, fieles y hermanas la protegieron durante todo el día, muchos emocionados por el gesto que horas antes Marcelina Muñiz había tenido en los juzgados. "Me salió de lo más íntimo".

ALBERTO RUIZ GALLARDÓN, DIOS Y AUSWICHTZ

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha asistido recientemente en Auschwitz, junto a una delegación de presidentes, dignatarios y alcaldes de varias ciudades de todo el mundo, a un acto organizado por la Unesco para conmemorar el 66 aniversario de la liberación del campo de concentración nazi. Impactado por la fuerza interpeladora de aquel lugar ha escrito un artículo en el diario El País titulado: "¿Dónde estaba Dios?": "Después de todo eso no hay más remedio que preguntarse dónde estaba Dios, el mismo Dios de los asesinos y de los asesinados, cuando el ser humano escribió la página más negra de su historia". Mientras lo leía me acordaba del magnífico discurso que allí mismo pronunció Benedicto XVI durante su visita en 2006. Al primer edil madrileño le responde de forma magistral Pepe Apezarena en una de sus columnas de El Confidencial Digital bajo el enunciado "Dios, según Alberto Ruiz Gallardón": "Se me ocurre replicar que Dios está en la libertad que ha dado a sus criaturas. En ése su designio de no fabricar autómatas, sino seres con voluntad propia. Ahí está la huella de Dios en los humanos. A pesar de que esa libertad permitiera toda villanía y la mayor de las depravaciones. A su propio Hijo y Enviado lo crucificaron los hombres libres. Tanto amó Dios la libertad de los seres humanos. Y creo que, a pesar de los pesares, de lo mucho que nos hemos equivocado, y de lo que aún nos queda, hemos de estarle agradecidos por habernos hecho así, en lugar de individuos sin voluntad y por tanto irresponsables. Y Dios estaba también en los barracones del campo innombrable. En los corazones de tantos que, a pesar del horror, fueron capaces de ocuparse de los demás y dedicarles sus cuidados. Dios estuvo en actuaciones como la del padre Kolbe, que se ofreció a ir a la cámara de gas en lugar de un padre de familia. Dice Gallardón que en Auswichtz ha contemplado el fondo más negro del alma humana. Y es cierto. Pero, a pesar de todo, en el alma humana hay mucho más, muchísimo más, bien que mal. Y ahí está Dios. Está también en la capacidad de rectificar y de pedir perdón por aquello. Y en la decisión que hemos tomado de que eso no vuelva a ocurrir nunca jamás".