lunes, 28 de junio de 2010

SARAMAGO MURIÓ; DIOS VIVE

Interesante y certero artículo el que ha escrito con el título "Saramago murió; Dios vive" monseñor Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de San Cristóbal de Las Casas, supongo yo, al hilo de la polémica suscitada tras otro escrito publicado en el diario vaticano L'Osservatore Romano tras la muerte del ateo premio Nobel portugués José Saramago en el que además de su talento literario se recordaban sus pocas simpatías por la Iglesia Católica. Dice así este obispo mejicano cargado de sentido común y sin faltar a la verdad: "Ha fallecido José Saramago, de origen portugués, premio Nóbel de Literatura, escritor prolífico y profundo, crítico de los sistemas, comprometido con los marginados, agudo para analizar los fenómenos sociales y políticos, libre para denunciar opresiones, fiel a sus convicciones marxistas. No podemos regatear sus méritos literarios y sociales. Fue un ateo convencido y beligerante. Atacó acremente a nuestra fe, haciendo una interpretación tendenciosa e históricamente incompleta del cristianismo, de la Iglesia y de la práctica religiosa. Manifestó no tener fe en otra vida con Dios, como la esperamos los creyentes, pues rechazó la misma existencia de un Ser Superior. Esto le trajo dividendos de fama e ingresos económicos, con grandes espacios en medios de la misma tendencia. Ya murió, pero Dios, a quien él negó, no morirá jamás. Mueren famosos literatos, como moriremos todos, pero nuestra fe en un Dios vivo y trascendente nos sostiene en la esperanza. La vida tiene pleno sentido en El, con El y por El".

4 comentarios:

Leandro dijo...

Bastante evidente que Saramago era un buen escritor. Evidente que era ateo y anticlerical. Escribió varios libro con muy mala leche. Evidente que si es consecuente con loq ue predicaba, pensaba y escribía estará fundido con el cosmos y no precisamente gozando de la vida eterna. No entiendo la polémica. Artículo plagado de sentido común.

ASCEN dijo...

Pues tiene toda la razón este monseñorete. Saramago era un ateo recalcitrante cuyos restos orgánicos estarán siendo digeridos por los gusanos. Los que creen en la vida eterna aspiran y viven por algo más. NUNCA LEI UN LIBRO SUYO.

Anónimo dijo...

aAhora, Saramago que tanto renegó de Dios, sabe que existe. Cuando vi sus funerales por televisión, pense, pobre hombre, ya no puede hacer nada por remediar su error.

Luzvile dijo...

pues a mi me gustó un libro de Saramago. no sabía que era tan ateo el tio!